viernes, 11 de mayo de 2018

AJÁ, ¿ENTONCES?. . . ¿por qué están aquí parados, mirando al cielo?


"Así que mientras los apóstoles estaban con Jesús, le preguntaron con insistencia: —Señor, ¿ha llegado ya el tiempo de que liberes a Israel y restaures nuestro reino? Él les contestó: —Solo el Padre tiene la autoridad para fijar esas fechas y tiempos, y a ustedes no les corresponde saberlo; pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes; y serán mis testigos, y le hablarán a la gente acerca de mí en todas partes: en Jerusalén, por toda Judea, en Samaria y hasta los lugares más lejanos de la tierra. Después de decir esto, Jesús fue levantado en una nube mientras ellos observaban, hasta que ya no pudieron verlo. Mientras se esforzaban por verlo ascender al cielo, dos hombres vestidos con túnicas blancas de repente se pusieron en medio de ellos. «Hombres de Galilea —les dijeron—, ¿por qué están aquí parados, mirando al cielo? Jesús fue tomado de entre ustedes y llevado al cielo, ¡pero un día volverá del cielo de la misma manera en que lo vieron irse!»". Hechos 1:6‭-‬11 NTV

La pregunta que los discípulos le hicieron a Jesús muestra que éstos aun seguían envueltos en los pensamientos judíos antiguos - esperando un reino terrenal restaurado (muy hacia la tierra, muy hacia lo temporal, muy hacia la seguridad personal, etc). Jesús dirige inmediatamente los pensamientos de los discípulos hacia la venida del Espíritu Santo. La venida del Espíritu Santo sobre ellos iba a tener un resultado inmediato y diferente a lo que ellos estaban discutiendo - iba a marcar la diferencia en y a través de ellos. Jesús les estaba diciendo que se debían concentrar en la tarea encomendada de ir y hacer discípulos de Cristo en todas las naciones (Mt.28:18-20). Para poder cumplir con el llamado iban a ser empoderados - iban a cumplir la misión en el poder de Dios.
A veces andamos distraídos con cosas secundarias o tenemos expectativas equivocadas de Dios y de nosotros mismos. A veces estamos preocupados y enfocados en aquello que no es nuestra responsabilidad ni nuestra tarea. Dios tiene Sus tiempos y Sus maneras de cumplir Sus promesas y Sus planes.

En cuanto a nosotros... MANOS A LA OBRA - no nos desenfoquemos, no andemos parados mirando en otra dirección, no olvidemos a lo que fuimos llamados. Dios en su momento hará lo que se ha propuesto hacer. ¡PILAS! - andemos siempre en la plenitud del Espíritu Santo. NO OLVIDEMOS - Nuestra misión es la de llevar las Buenas Nuevas hasta el fin del mundo, hacer discípulos, y hacer esto hasta que Él regrese.
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