miércoles, 16 de mayo de 2018

El enfoque ministerial bíblico - la gente



“Jesús estaba enseñando en una de las sinagogas un día de reposo, y había allí una mujer que durante dieciocho años había tenido una enfermedad  causada por un espíritu; estaba encorvada, y de ninguna manera se podía enderezar. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, has quedado libre de tu enfermedad. Y puso las manos sobre ella, y al instante se enderezó y glorificaba a Dios. Pero el oficial de la sinagoga, indignado porque Jesús había sanado en día de reposo,  reaccionó diciendo a la multitud: Hay seis días en los cuales se debe trabajar; venid, pues, en  esos días y sed sanados, y no en día de reposo. Entonces el Señor le respondió, y dijo: Hipócritas, ¿no desata cada uno de vosotros  su buey o su asno del pesebre en día de reposo y lo lleva a beber? Y ésta, que es hija de Abraham, a la que Satanás ha tenido atada durante dieciocho  largos años, ¿no debía ser libertada de esta ligadura en día de reposo? Y al decir El esto, todos sus adversarios se avergonzaban, pero toda la multitud se  regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por El. ”. (Lc.13:10-17) NTV.

Mt.6:19-20 / Mt.19:21 / Hebr.10:34 / Hebr.11:24-26 / Job 31:24 / Lc.12:21

Dios es quien nos ha elegido o seleccionado para ser Sus hijos y Sus servidores, Él es quien ha estado detrás de nosotros, Él es quien primero ha invertido en nosotros y nos llama a ser parte de la familia de Dios, pero también nos llama a ser parte del equipo que cumple con la gran comisión plasmada en Mt.28:18-20. 

Cuando Jesús llamó a Sus primeros discípulos les dijo que le siguieran porque Él iba a hacer de ellos pescadores de hombres (Mt.4:19 /  Mr.1:17 / Lc.5:10-11 / 1Cor.9:20-22). El plan de hacer de Sus discípulos personas que son pescadores de hombres radica en la visión de Dios y en su cumplimiento, la visión de poblar el  cielo con gente de toda nación, lengua y tribu que adora al único verdadero Dios (Apoc.5:8-14 /  Apoc.7:9-10 / Rom.11:25). 

La cita de Jn.15:16 nos dice que Jesús nos ha encargado que  vayamos y traigamos frutos duraderos. El encargo tiene como fin unos resultados con aspecto trascendental, frutos con valor eterno en contraposición a lo temporal y perecedero. Traer este  tipo de frutos es una marca de un verdadero discípulo de Cristo y, además, son éstos los frutos que dan gloria al Padre en el cielo (Jn.15:8). Claro que surge inmediatamente la pregunta: ¿cuáles  son los frutos que permanecen?

En uno de mis viajes a Guatemala estuve hospedado en la vieja capital Antigua que fue impactada  en 1976 por un terremoto. En un paseo por la ciudad observé una ruina de lo que fue en su  momento una iglesia grande y que fue destruida en aquel episodio trágico. En el pasado esta iglesia debió haber sido una construcción impresionante, pero ahora, después del terremoto, solo quedaban las ruinas de la misma. En esa vieja edificación, en su momento, se había invertido mucho dinero, esfuerzo y tiempo y después de semejante tragedia no quedó sino el recuerdo. No  quiero dar la impresión de que no se requiera de ciertas edificaciones para ciertos propósitos en la vida; sin embargo tenemos que admitir que hay cosas en la vida en las que invertimos esfuerzo, dinero y tiempo, que al final no representan frutos duraderos. Cuando perdemos el enfoque de lo que vale a largo plazo o de lo que es verdaderamente trascendental, entonces nos podemos hallar invirtiendo en el lugar equivocado y de un momento a otro perderlo todo. La iglesia tiene que  cuidarse de no invertir en el lugar y en las cosas equivocadas, en cosas que no representan, a la  luz de la eternidad, frutos duraderos.

EL EJEMPLO DE JESÚS:

El ejemplo de Jesús en Su ministerio. El preparó a Sus discípulos para ser pescadores de hombres y no constructores de monumentos y mucho menos monumentos para sí mismos (Mr.3:14-15 / Mt.4:19 / 1Sam.15:12). Jesús siempre vivía enfocado en el  ministerio a la gente (Mt.9:35-38 / Mt.14:14 / Mt.15:32 / Hebr.4:15). Dios ama a la gente y por eso dio Su vida en rescate por el mundo (Jn.3:16 / 1Tim.2:1-4). Al final, envió a  Sus discípulos al mundo a hacer discípulos (Mt.28:18-20). La visión de Dios es gente y no necesariamente edificios o programas:
  • Jesús le ministró a la gente y a sus necesidades (Mt.9:35). El recorría ciudades y aldeas (salía a ver dónde estaba la gente) y enseñaba y predicaba el Evangelio. Además, sanaba a los enfermos y liberaba a los oprimidos por el diablo. La predicación del Reino de Dios estaba acompañada de las  manifestaciones del poder de Dios.
  • El vio a la gente que tenía que ser alcanzada (Mt.9:36 / Jn.4:34-38). Jesús vio a este mundo como un campo listo para la cosecha. El reconocía cual era la verdadera necesidad de la gente. Jesús reconocía que había mucho trabajo. La gente tiene que ser alcanzada, de otra manera se pierde la cosecha. Jesús consideraba las reglas humanas, los legalismos y las estructuras religiosas rígidas como un impedimento para alcanzar a la gente y ministrarles con Su gracia, misericordia, amor y poder - por eso criticaba a los fariseos (Lc.13:10-17).
  • Jesús tenía compasión divina por los perdidos (Mt.9:36 / Mt.14:14 / Mt.15:32  / Hebr.4:15) porque andaban como ovejas sin pastor. Con eso identifica Jesús el corazón del problema – no tenían quien los guiara. Y recordemos que para encontrar las ovejas perdidas hay que salir y encontrarlas. Y solo gente puede ganar a gente para el Reino de Dios.
  • En Mt.9:35-38 nos lleva Jesús a ver la gran necesidad entre la gente y las grandes oportunidades que existen para ganar gente para el reino de Dios. Asimismo nos revela el secreto para poder ayudar a esta gente necesitada. Lo que se necesita son OBREROS. Obreros es gente formada y entrenada para alcanzar a la gente. La cosecha no la puede recoger una sola persona, es necesario entrenar y liberar gente al ministerio. Jesús muestra la necesidad más profunda y nos involucra en el proceso de proveer obreros para la mies. Estos obreros  están en la iglesia local y deben ser preparados para que puedan ser enviados a  hacer la obra del ministerio (Ef.4:10-16 / 2Tim.2:2).
  • Jesús pasó más mucho tiempo acercándose a la gente y hablando con ella. El Señor Jesús no estaba obsesionado por Sus tareas o metas, a pesar de que sabía que sólo tenía tres años para entrenar a doce hombres que siguieran con el movimiento religioso que iba a transformar al mundo. El modelo de nuestro Señor era  seguir vendando heridas, aun hallándose en medio de una insoportable presión por cumplir con Sus tareas y metas (Col.1:28-29).1

EL ENFOQUE DEL APÓSTOL PABLO:

El apóstol Pablo tenía muy claro lo que debía ser el enfoque en su vida y en su ministerio, él estaba concentrado en producir frutos espirituales invirtiendo en la gente (Rom.1:13 / 1Tes.1:9-10 / 2Tim.4:17 / Hch.21:19 1Cor.9:2 / 2Cor.10:13-16), él entendía  claramente cuál había sido su llamado (1Cor.3:9 / Filp.2:19-21), él quería ver en todo momento  vidas cambiadas por el poder del Evangelio de Cristo (Col.1:6 / Col.1:10 / Gal.4:19 / Filp.4:17),  él sabía que esos son los frutos que traen gloria a Dios (Filp.1:11 / Ef.1:12-14).

El llamado de Pablo a Timoteo. El entrenamiento y la multiplicación de líderes es para tocar a la gente y hacer de ellas las personas que llegan a ser lo que Dios quiere que sean (1Tim.2:1-4 / 2Tim.2:2 / Gal.4:19 / 2Cor.3:18).

LA ENSEÑANZA DEL APÓSTOL PEDRO:

Pedro entendía claramente que la gente es la iglesia y la iglesia es la gente (1Pe.2:5). El templo que se está construyendo en el Nuevo Testamento no es un templo hecho con piedras sino con gente. La gente perteneciente a Jesús es llamada por Pedro: piedras vivas. Ese es el templo espiritual del Nuevo Testamento que se llama ‘la iglesia’. 
La iglesia en general es además un sacerdocio santo llamado a ofrecer sacrificios  espirituales y aceptables delante de Dios (1Cor.3:16 / 1Cor.6:19 / 2Cor.6:16 / Ef.2:20-22 / Hebr.3:6). 
En este templo espiritual Jesús es la Piedra angular, aquella que da la referencia para todo el templo y Él es la Piedra que lo une todo. Jesús es quien da las pautas en esta edificación espiritual (Ef.2:20). Leemos, además, que Cristo es el  Fundamento (1Cor.3:9-11). 
Jesucristo da dones a la iglesia para que ésta sea capacitada, para que se edifique al servirse mutuamente como Dios lo desea y para que lleguemos a ser gente cambiada a la imagen de Cristo (Ef.4:10-16). 

LA TAREA DE LA IGLESIA:

Al fin de cuentas, el invertir en la gente es a lo que Dios nos ha llamado (Mt.28:18-20 / Mt.9:35-38).
La iglesia, definitivamente, no es un edificio de piedras o de madera. Nosotros no ‘vamos a la iglesia’, nosotros somos la  iglesia (Hch.17:24). A veces mostramos cierta reverencia o nos comportamos de cierta  manera en ciertos lugares que llamamos ‘iglesia’, pero a la vez tratamos muy mal a aquellos que de verdad son la iglesia de Dios.
  • El propósito de los ministerios en la iglesia. Los líderes y los ministerios en la iglesia existen para invertir en la superación personal y espiritual de los creyentes, para capacitar  a la gente y, para que la gente cumpla con los planes de Dios en ellos y con ellos: Ef.4:11-16. Existe una gran necesidad de dar permiso a los creyentes en una iglesia para ministrar como Jesús quiere que ellos sirvan y no levantar barreras que restrinjan indebidamente el ministerio de toda la iglesia.
Los líderes en una iglesia están llamados a preparar al pueblo de Dios para que éste crezca, sea cada día más como Jesús y sea capacitado y liberado para hacer la obra del ministerio, escuchando la voz de Dios, sanando a los enfermos, echando fuera demonios y predicando el Evangelio de Jesucristo  (Mt.10:1-8 / Mr.16:18 / Hch.4:9-10). 
Este es el tipo de gente que todo líder debe estar levantando y multiplicando; se trata de levantar gente que está totalmente comprometida a  ser cada día más como Jesús a ser movilizada para cumplir la misión restauradora y  multiplicadora de Jesús en este mundo.
  • La verdad arriba presentada, nos lleva a concluir que el ministerio de la iglesia es en primer lugar  un ministerio a la gente y es un ministerio de la gente entre sí. Esta verdad tiene conclusiones muy  prácticas. Esto significa que en la práctica todo ministerio, esfuerzo, energía, inversión, etc., que  se hace en el marco de la vida de la iglesia, es primeramente un esfuerzo hacia la gente y para la  cosecha.
Todos los creyentes cristianos deben participar en la cosecha de almas. La idea y el enfoque de fondo en cuanto al ministerio de los líderes en una iglesia es el de invertir en la gente, ayudándoles a ser más como Jesús y a hacer lo que Jesús hizo (Ef.4:10-16). 
Como líderes no podemos estar solo preocupados porque nuestros presupuestos cuadren o porque los números de asistencia sean los esperados, o porque se cumplan ciertas reglas (Lc.13:10-17). Más bien y sobre todo debemos recordar que Jesucristo murió y resucitó para salvar a los perdidos y que nos llamó a nosotros a buscar a esos perdidos, desdichados y sin esperanza humana, para que sean ganados para Cristo y que todo creyente llegue a ser todo lo que Dios quiere que sea  (Mt.9:35-38 / Mt.10:6 / 1Tim.2:1-4 / Gal.4:19 / Ef.4:10-16). 
Dios quiere ver el cielo poblado con gente rescatada por Jesucristo y que adora al único verdadero Dios (Apoc.5:8-14 /  Apoc.7:9-10).

El verdadero trabajo de la obra del ministerio no es llevar a que se cumpla con el trabajo, sino a que se utilice el trabajo para alistar a la gente. El rendimiento es secundario. Todos los eventos y actividades de nuestra iglesia son una oportunidad para que el discipulado y el entrenamiento se enfoquen en un ser humano.2

TRABAJO EN GRUPO:
  • Anote a continuación tres lecciones o verdades que ha aprendido en esta sesión. Comparta cada una de las lecciones con su grupo y explique por qué le son importantes para usted:
  • ¿Qué elementos, dinámicas, entendimientos, entrenamientos, acciones, etc. deben implementarse para que la iglesia sea una iglesia enfocada hacia afuera y hacia a la gente? ¿Cuáles son los desafíos para llegar a ser una iglesia enfocada hacia afuera y hacia la gente?
  • ¿Cuán importante es que la iglesia conozca las verdaderas necesidades de la comunidad en la que se encuentra? ¿Por qué es esto importante en el contexto de esta lección?
  • ¿Hay alguna cosa que usted debe corregir en su vida? ¿Algún pecado del cual debe arrepentirse? ¿Hay algo que usted puede implementar en su vida y ministerio a fin de cumplir con el llamado de Dios?  Aclare:
  • ¿Qué pasos o decisiones debe tomar para corregir una visión equivocada del ministerio?  ¿Qué cosas puede corregir en su comportamiento, visión, entendimiento, preparación como miembro del Cuerpo de Cristo (la Iglesia) para avanzar en el cumplimiento de la gran comisión?
  • Anote a continuación una oración a Dios que incluya lo arriba aprendido y anotado. Sea específico en sus oraciones:
-

No hay comentarios:

Publicar un comentario