miércoles, 2 de mayo de 2018

¿Temer a la gente o confiar en Dios? - saque usted sus conclusiones

"Temer a la gente es una trampa peligrosa, pero confiar en el SEÑOR significa seguridad. Muchos buscan el favor del gobernante, pero la justicia proviene del SEÑOR" (Prov.29:25) NTV
"Es mejor refugiarse en el SEÑOR que confiar en la gente. Es mejor refugiarse en el SEÑOR que confiar en príncipes" (Sal.118:8-9) NTV

Confusión, miseria, amargura, decepción, frustración, rebajar valores, etc. vienen frecuentemente como resultados terribles relacionados con el temor a la gente - cuando tememos lo que la gente diga, cuando estamos preocupados por hacer a todo el mundo feliz, cuando no queremos perder el favor de la gente ni su amistad, cuando tememos perder el aplauso de la gente, cuando tememos a ser juzgados, reprochados, rechazados, apartados, maltratados, etc. Ese temor a la gente nos tienta a rebajar los valores y principios firmes, lleva a tomar decisiones equivocadas que nos meten en problemas con Dios, con nosotros mismos, y con otra gente.
Por el temor a la gente somos tentados a dejar de predicar el mensaje completo de Cristo; por el temor a la gente adaptamos el mensaje o solo predicamos lo que a la gente le gusta (2Tim.4:2 / 1Tim.4:10-12) y olvidamos que un día tendremos que rendir cuentas a Dios por lo que enseñamos (Stg.3:1).

VEA algunos ejemplos de temor a personas y sus consecuencias: Escribas y fariseos - Jn.7:13 / Abraham - Gn.12:11-12 / Aaron - Ex.32:22-24 / Pilato - Jn.19:12-13 // Otras citas: Mt.10:28 / Sal.62:8-9 / Sal.40:4 / Jer.17:5-7.
(Recuerde también a Saúl (1Sam.15:24) y a Pedro cuando éste negó a Jesús, y cuando lo tuvo que confrontar el apóstol Pablo por su comportamiento motivado por el temor a la gente (Mt.26:69-74 / Gal.2:11-13).

Confiar en Dios marca la diferencia. Dios es confiable, Él no cambia, Él es Verdad, Él cumple Sus promesas, El es Dios misericordioso y lleno de gracia. El es nuestra fortaleza; podemos correr a Él y estar seguros (Prov.18:10). Por eso Él es nuestro verdadero proveedor, protector, guía y nuestra seguridad. Él es nuestro Salvador. Él nunca cambia, siempre podemos confiar en Él y nunca seremos por Él engañados (Hebr.13:8).
Hemos sido llamados a poner nuestra esperanza en Él (Prov.16:20 / Prov.30:5 / 1Cron.5:20 / Is.26:4 / Sal.118:8 / Sal.125:1 / Ecl.7:18 / Daniel y sus amigos - Dn.3:28 / Dn.6:23 / Rom.15:12-13 / Mt.27:43 / 1Pe.1:21).
Poniendo nuestra esperanza en Dios es lo que nos da valor, nos empodera y nos da autoridad para ser ministros fieles y de impacto que dejan huellas dignas de ser seguidas por otros (1Tim.4:6-12).

Si idolatramos a las personas (estas pueden ser líderes, pastores, políticos, etc.), si nos hacemos dependientes de ellas, si confiamos en gente - por encima de confiar en Dios - como si ésta puede ser nuestra ayuda y apoyo indispensable o las que cambian nuestro bienestar, entonces recuerde que humanos son dioses terribles.
ES POR ESO que somos llamados a confiar en Dios - en todo momento.

"Entonces Saúl dijo a Samuel: He pecado; en verdad he quebrantado el mandamiento del SEÑOR y tus palabras, porque temí al pueblo y escuché su voz" (1Sam.15:24) NTV

"Oh pueblo mío, confía en Dios en todo momento; dile lo que hay en tu corazón, porque él es nuestro refugio. La gente común no vale más que una bocanada de viento, y los poderosos no son lo que parecen ser; si se les pesa juntos en una balanza, ambos son más livianos que un soplo de aire" (Sal.62:8-9) NTV

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